Es importante que el médico veterinario interactúe con el propietario con el fin de obtener una anamnesis (información) completa ya que esta será la herramienta que nos guiará por el camino adecuado en busca de un diagnóstico específico.
El propietario debe comunicar si su mascota a presentado tos, disminución de actividad física, sincopes o desmayos, información que será de mucha ayuda para el médico veterinario.
De igual manera es primordial que el médico veterinario a valorar clínicamente a un paciente con signos de enfermedad cardiaca tenga los conocimientos sobre una reseña y predisposición racial a ciertas cardiopatías, es decir, como por ejemplo las razas pequeñas son más frecuentes de sufrir alteraciones en la válvula mitral, mientras que las razas grandes pueden desarrollar una cardiomiopatía dilatada o degeneración de la válvula tricúspide. También debe considerar la edad del paciente debido a que perros o gatos mayores a 8 años de edad serán más predisponentes a desarrollar degeneraciones cardiacas.
¿Cuáles son los principales signos de enfermedad cardiaca?
Los principales signos de una disfunción cardiaca son la dificultad respiratoria (disnea) y el aumento en la frecuencia respiratoria (taquipnea) aún cuando el perro esta en reposo. La tos de origen cardiaco es una tos seca, el perro realiza una mímica similar a la del vomito, y suele empeorarse durante la actividad física.
La acumulación de líquido en el abdomen se conoce como ascitis y sugiere una disfunción cardiaca derecha, muchas veces pasa desapercibido confundiéndose con obesidad, la mejor forma para diferenciarlos es realizando una palpación y percusión abdominal.
Se pueden presentar sincopes, los cuales se entienden como la pérdida súbita de la conciencia y de la postura, el paciente se “desmaya” y puede relajar sus esfínteres (orinar, defecar). El síncope debe ser diferenciado de las convulsiones, estas se manifiestan por movimientos de los ojos o las extremidades que pueden o no ser prolongadas dependiendo del tipo de convulsión.
Los pacientes cardiacos muchas veces bajan de peso, esto se debe principalmente por una disminución de la frecuencia cardíaca lo que va a demandar un mayor gasto de energía y dará como resultado una disminución en la actividad física, debido a que el animal se agota demasiado pronto para cubrir con todas las demandas metabólicas.
El sangrado por la nariz (hemoptisis) es poco común pero puede llegar a darse así como también que las mucosas orales y conjuntivas se tornen azules (cianosis)
La parálisis es una característica que se observa principalmente en los gatos, ya que ellos son más predispuestos a sufrir de tromboembolias.
¿Qué debe evaluar y qué análisis o pruebas debe elegir el médico veterinario a pacientes con cardiopatías?
Nuestro compromiso como médicos veterinarios es realizar un examen físico minucioso y detallado valorando regiones como la cabeza en busca de mucosas orales y conjuntivales pálidas o cianóticas, el cuello por presencia de pulso yugular, la palpación traqueal en busca de colapso, tos, ganglios inflamados, la palpación torácica por presencia de frémito, la palpación abdominal en casos de ascitis o hepatomegalia, la piel que no se encuentre edematizada (hinchada), el pulso femoral que sea fuerte y no ausente, y como paso primordial está la auscultación al buscar posibles soplos o arritmias cardiacas.
Una vez que se presuma de un problema cardiaco se pueden realizar las siguientes pruebas complementarias que guiaran a un diagnóstico acertado; es así que la medición de la presión arterial sistólica debe encontrarse normalmente en caninos entre 80-140 mmHg y en felinos 100-160 mmHg.
Necesitamos de estudios radiográficos generalmente en dos vistas: una lateral y una dorso ventral de tórax, estas proyecciones nos podrían demostrar alteraciones en el tamaño de la silueta cardiaca, congestión pulmonar, estenosis traqueal, entre otras anormalidades dependiendo de la cronicidad del caso.
Un electrocardiograma nos proporciona información sobre frecuencia y ritmo cardiaco, problemas de conducción, arritmias, posibles agrandamientos de cámaras cardiacas y ciertos cambios electrolíticos.
La ecocardiografía es un proceso de graficación del corazón, permite examinar el movimiento del corazón en el tiempo, es una manera de valorar la funcionalidad cardiaca de forma no invasiva. Mediante este método de diagnóstico se puede evaluar el tamaño de las cámaras cardíacas (atrios y ventrículos), el grosor de las paredes, el movimiento mural y funcionamiento del corazón como bomba, configuración y movimiento de las válvulas, anormalidades en los grandes vasos proximales (arteria aorta, arteria pulmonar, etc.), entre otras.
Es de vital importancia recurrir a pruebas sanguíneas tales como un hemograma, bioquímica sanguínea y determinación de biomarcadores que son pruebas de laboratorio que proporcionan una idea de la integridad miocárdica del corazón, los más usados son CK-MB, Troponina I y el Péptido natriurético.
Se debe tener en cuenta que el personal veterinario debe estar capacitado para diferenciar un problema de otro y recordar que un examen físico completo será la clave para llegar a un diagnostico definitivo.
Karen Proaño EMVZ
Interno del Hospital Veterinario All Pets
FUENTE:
Tilley, Larry, Francis Smith, Mark Oyama, y Meg Sleeper. Manual de cardiología canina y felina. España: Elsevier, 2009.
MUCHA, Carlos J. Afecciones Cardiovasculares en Pequeños Animales. Buenos Aires- Argentina: INTER-Médica, 2007.