En medicina veterinaria el reconocimiento humano del dolor en los animales es limitado y complejo debido a la carencia de comunicación verbal, por lo tanto, el médico veterinario clínico para llegar establecer un diagnóstico y posterior tratamiento debe evaluar la presencia del dolor interpretando cambios o trastornos fisiológicos y conductuales en pacientes afectados.
A través del presente artículo se ofrece al lector un breve resumen de la fisiología, fisiopatología y terapéutica del dolor en pequeños animales.
DOLOR.
La Asociación Internacional para el estudio del dolor (Iternational Association for de Study of Pain, IASP) define el dolor como “una experiencia sensorial y/o emocional desagradable, asociada con un daño tisular potencial o real”. (2, 4, 7)
CLASIFICACION DEL DOLOR
El dolor agudo es una desagradable y compleja constelación de experiencias sensoriales, perceptuales y emocionales, relacionadas con respuestas producidas por daño a estructuras somáticas (músculos, articulaciones entre otros) o viscerales.
En presencia de dolor agudo si no hay complicaciones este desaparece con la lesión que la originó; por ejemplo, cuando se produce en una intervención quirúrgica y se trata con fármacos analgésicos (2, 7).
El dolor somático, es el que afecta la piel, músculos, articulaciones, huesos. Se trata de un dolor bien localizado, definido por la zona lesionada (7).
El dolor visceral, es un dolor difuso, sordo, mal localizado y puede referirse a zonas lejanas. Si el dolor es de víscera hueca (intestinos, útero) tendrá carácter cólico intermitente y si es de víscera maciza (hígado, bazo) será continuo. (4, 5, 7)
El dolor crónico, es aquel que persiste al curso natural de un daño agudo, concomitante con procesos o patologías duraderas, intermitentes o repetitivas en un término de tres a seis semanas o inclusive meses. Generalmente es un síntoma de una enfermedad persistente cuya evolución conlleva la presencia de dolor y no responde bien al tratamiento analgésico. (5, 6, 7)
El dolor neuropático, se produce como consecuencia del daño del sistema nervioso periférico. Los pacientes que sufren dolor neuropático presentan sensaciones de quemazón, pérdida de sensibilidad parcial o focal e hiperreactividad a múltiples estímulos (hiperpatía). (7)
SUSCEPTIBILIDAD al dolor, es muy variable y está sujeta a diferentes factores:
1) Raza, los galgos y razas de pequeño tamaño son más sensibles. Estoicismo de ciertas razas (trabajo, caza), 2) edad, los animales geriátricos soportan mejor el dolor, los jóvenes son menos tolerantes; 3) patologías concomitantes, enfermedades que cursan con dolor crónico aumentan el umbral doloroso, 4) el sexo, se considera que los machos son menos tolerantes, 5) tipo de dolor y técnica quirúrgica, no todas las cirugías son igual de dolorosas. (4, 6, 7)
RECONOCIMIENTO DEL DOLOR, las manifestaciones de dolor son variables y pueden incluir trastornos fisiológicos y/o conductuales.
Las manifestaciones fisiológicas del dolor, son hallazgos que a menudo reflejan la liberación de adrenalina y noradrenalina, y la activación del sistema nervioso simpático que alteran la función cardiopulmonar produciendo taquicardia, elevación de la presión arterial, incremento de la frecuencia respiratoria, respiración superficial y mucosas pálidas por la vasoconstricción mediada por las catecolaminas. Otros hallazgos fisiológicos son midriasis, salivación e hiperglucemia. (2, 5) Entre las manifestaciones conductuales del dolor se aprecia: vocalización (llanto, aullido, ladrido, ronroneo), silencio, defensa del área dolorosa, cambios en la expresión facial, automutilación, rigidez o debilidad muscular, desasosiego, renuencia a movilizarse. Agresividad, apatía, anorexia, abandono de los hábitos higiénicos. (5)
TRATAMIENTO DEL DOLOR
Los AINE constituyen junto a los opiáceos los pilares básicos del tratamiento analgésico. Son fármacos que se utilizan para el control del dolor agudo y crónico. (7) Resulta de gran ayuda combinar fármacos que actúan mediante diferentes mecanismos de modulación nociceptiva para potenciar los efectos aditivos y sinérgicos; esto se conoce como tratamiento multimodal o equilibrado. (1, 2, 4,7) Los tres períodos básicos que han de considerarse en el tratamiento del dolor son: 1) agudo, 2) crónico y 3) preventivo. (1)
Opiáceos, pueden ser administrados por vía sistémica, epidural, subaracnoidea, interarticular o transdérmica. Las contraindicaciones son depresión respiratoria (agonistas), liberación de histamina cuando se administran por vía intravenosa (morfina, meperidina), vómito y estimulación de la hormona antidiurética (morfina y meperidina), inducen estimulación vagal, adicción y son sustancias controladas.(4, 5,7)
Antiinflamatorios no esteroideos (aine), este tipo de fármacos tienen por contraindicación administrarse en pacientes con insuficiencia hepática o renal, deshidratación, hipotensión, coagulopatías, tratamiento con corticoides, o en presencia de úlceras gástricas.
Antagonistas de los receptores NMDA (N-metil-D-aspartato), siendo el representante la ketamina, este fármaco cumple la función analgésica disminuyendo la hiperactividad de las neuronas del asta dorsal. La analgesia que se consigue con ketamina aparece con concentraciones sérica de una décima o quinta parte de la dosis anestésica. (1, 2, 3, 4, 7)
Anestésicos locales, constituyen el único grupo farmacológico capaz de producir un bloqueo completo de las fibras nerviosas sensoriales, por lo que su administración previene el desarrollo de la hipersensibilidad secundaria. Entre los ejemplos de tratamiento local del dolor figuran las infiltraciones locales de tejidos, bloqueos nerviosos directos o la administración intraarticular. (1, 2, 3, 4, 7)
El control del dolor de tipo no farmacológico consiste en mantener al paciente limpio y seco, caliente, a temperatura y humedad moderadas, de entorno agradable y tranquilo; brindar contacto humano para tranquilizar al paciente y mediante el uso o empleo de acupresión, acupuntura, masaje, manipulación y otras técnicas. (5)
CONCLUSIONES
Muchos errores se cometen con el afán de contrarrestar el dolor en nuestras mascotas, de manera imprudente recurrimos a la administración desmedida de fármacos de uso humano y que muchos de ellos son dañinos y mortales para la salud de nuestros animales.
En presencia de signos de dolor es recomendable que nuestra mascota sea revisada por un médico veterinario, este tiene la potestad de identificar la etiología del dolor, clasificarlo y emitir un tratamiento fármaco específico considerando características de cada especie animal, tras ser valorada la condición clínica actual del paciente.
A nivel de clínica del dolor el primer concepto a tener en cuenta es el momento en que se inicia la analgesia, de forma intuitiva o ante la duda de si el animal experimenta dolor desmedido o si requiere analgesia, podría ser conveniente administrar uno o más analgésicos y observar la respuesta.
Jorge Luis Alvarez Gómez MVZ Esp.
Director del área médica del Hospital Veterinario ALL PETS®, Quito – Ecuador. jalvarez@allpets-ec.com
Bibliografía citada:
1.- BUDSBERG Steven. Tratamiento del dolor, capítulo 5. En Tratado de Medicina Interna Veterinaria por Ettinger S y Feldman E. Volumen I, ELSEVIER, 2007.
2. – LOONEY Andrea. Acute Pain Management, capítulo 2. En Kirk´s Current Veterinary Therapy XIV, editado por ELSEVIER, 2009.
3. – MUIR W, HUBBEL J, SKARDA R. Handbook the Veterinary Anesthesia. Tercera edición, Copyright, 2000.
4.- OTERO Pablo. Neurofisiología del dolor, capítulo 1. En Dolor, evaluación y tratamiento en pequeños animales, editado por intermédica, 2004.
5.- PADDLEFORD, Robert. Analgesia y tratamiento del dolor, capítulo 10 en Manual de anestesia en pequeños animales, segunda edición, intermédica, 2001.
6.- PEREZ R; PARRA M y MERINO D. Dolor y analgesia, capítulo 1. En Manual de anestesia y analgesia en el perro y el gato, editado por Mc Graw Hill interamericana, 1999.
7.- TENDILLO F y SANTOS M. Analgesia, capítulo 4. En Manual práctico de anestesia en el perro y el gato, editado por Boehringer Ingelheim, 2006.